viernes, 26 de noviembre de 2010

Ruinas...

Las balas seguían silbando a mi alrededor, lo que solo hacia unas horas era el mostrador de una panadería, ahora me servía de para peto para cubrirme de los diabólicos silbidos del diablo.

Mi mente calculaba como cubrirme, como intentar continuar mi huida sin quedar al descubierto, y mientras oía los lamentos de compañeros heridos, pero que en la oscuridad de la noche no conseguía descubrir donde estaban.

Mi comando ya se había replegado, y yo había quedado rezagado, este maldito infierno no podía ser real... de milagro continuaba con vida, las balas me habían rozado en varias ocasiones, y si no fuera por la adrenalina del momento mi cuerpo se detendría.

Pero lo importante es que me seguía moviendo, y lo único importante era huir ahora...

Salte por una ventana, hacia un patio interior, abrí una puerta de una patada y corrí por el pasillo que se había abierto, recorrí varias habitaciones, antes de volver a salir a la luz de la luna.

Y entonces fue cuando lo vi, hay estaba, casi mimetizado con el entorno, y él me miraba a mí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Free counter and web stats